CRÍAS Y REPRODUCCIÓN

Reproducción:

 

Los periquitos son aves que pueden criar fácilmente durante cualquier época del año, al contrario que otros pájaros, que no se reproducen hasta principios de la primavera.

Por otra parte, esto no significa que resistan las bajas temperaturas del invierno, por lo que debemos ofrecerles las mejores condiciones para la cría. Aunque depende del lugar en el que residas, lo normal en España sería proporcionarles el nido en el mes de marzo o abril.

El comportamiento del macho será muy distinto al que tiene normalmente (siempre y cuando tengamos una verdadera pareja).

 

Sus pupilas se dilatarán rápidamente, quedando en un minúsculo punto negro; realizará movimientos muy vivaces, estará inquieto saltando de un lugar a otro y se acercará y alejará de la hembra a gran velocidad mientras canta o gorgojea.

Es sencillo determinar si la pareja está en celo. A la hembra se le arrugará el céreo (parte superior del pico con los orificios nasales), tornándose a una tonalidad marrón oscuro, mientras que a los machos, el azul se volverá más brillante e intenso.

No permitas que tus parejas reproductoras hagan más de tres puestas al año. También intenta procurar que los padres descansen entre puesta y puesta, retirándoles el nido durante una temporada (con el nido puesto, la hembra seguirá criando hasta morir agotada).

Si al retirar el nido te das cuenta de que la hembra a iniciado una nueva puesta, deja que la acabe. Cuando haya puesto el último huevo podrás sacarlo de la jaula y desinfectarlo (para futuras nidadas).

 

 

Apareamiento:

 

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 Si todo esto que he descrito ocurre con tu pareja de periquitos, lo más probable es que ambos estén deseando ser papás; pero aún queda el apareamiento, que puede durar hasta cuatro días. Durante dicha escena, la hembra permitirá que el macho la corteje, levantará la cola e inclinará la cabeza hacia atrás para ‘invitarlo’.

Éste sin dudarlo, se apoyará sobre su espalda y con torpeza, evitando caerse, picoteará su pico y se agarrará hasta adoptar la postura indicada. Posteriormente, la cubrirá con sus alas y pondrá inicio al apareamiento (durante el cual estará continuamente besando a la hembra).

 

Terminado este paso, la hembra comenzará a entrar y salir del nido con mucha más frecuencia y permanecerá cada vez más tiempo en el interior, hasta llegado el punto de que únicamente salga para hacer sus necesidades (serán abundantes) y alimentarse en pequeñas proporciones (el macho la alimentará).

 

 

Puesta:

 

 

Con esto damos inicio a la nueva etapa de la crianza: la puesta. Una pareja sana de periquitos en buenas condiciones puede poner de 4 a 9 huevos. No todos los huevos estarán fecundados y por tanto, no de todos saldrá un polluelo (algo que suele ocurrir con frecuencia en parejas primerizas). Los huevos sin fecundar serán de un color más blanco, al contrario que los fecundados, que adquieren tonos rosáceos crema y un color más claro.

La hembra pondrá el primer huevo a los diez o doce días de haberse adentrado al nido y comienza a incubarlo al momento. El resto de los huevos los pondrá en días alternos, lo que significa que si el primero lo pone un domingo, el segundo aparecerá el martes y el tercero para el jueves.

El plazo entre un huevo y otro huevo puede variar con respecto a las temperaturas ya que, en mi caso, tuve una pareja que puso el cuarto huevo un miércoles y el quinto tres días después.

Durante la incubación, será aún menos frecuente ver a la hembra salir, y mucho menos si el macho es ‘cariñoso’ y la alimenta con la comida que prepara en su buche, a través del orificio de entrada al nido.

No hay por qué preocuparse si el macho decide entrar al nido, así como resulta normal también que ella lo eche a picotazos.

La tranquilidad es lo más importante. Aconsejo no molestar a la hembra mientras incuba ya que a muchas no les gusta que abramos la tapita del nido para comprobar el estado de la nidada y pueden llegar a abandonarla o deshacerse de ella.

 

 

Cuando nacen:

 

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Si todo sale según lo previsto, el primer polluelo nacerá entre los dieciséis y los diecinueve días, aunque depende en las condiciones climáticas y por tanto de la estación anual. Con un día o dos de intervalo irán naciendo los demás polluelos.

 

Los polluelos recién nacidos se juntarán mucho a los huevos que aún no han eclosionado, así como a otros polluelos para contribuir a la incubación y aprovechar al máximo el calor que necesitan.

Están desnudos al nacer, sin plumas y con los ojos cerrados que se abrirán 7 u 8 días más tarde. Desde su nacimiento, los pichones realizan un sonido, o mejor dicho, un chillido muy similar al de los ratones que resulta gracioso (esto nos ayudará a determinar el estado de la nidada).

 

Aquí se inicia otra etapa muy delicada en la existencia de los polluelos. Durante la primera semana de vida recibirán el alimento que su madre segrega y que se conoce como ‘leche de periquita’.

Al contener los nutrientes justos para la correcta alimentación de los pequeños, este alimento no puede reemplazarse por otro, aún tratándose de pasta o papilla de cría para periquitos papilleros (criados a mano). Es importante que no te asustes por la abultación que cada polluelo tendrá en el cuello ya que tan solo se trata del buche.

Entonces comienza a crecerles un plumón blancuzco azulado que con el tiempo, dará paso al verdadero plumaje del adulto.

 

Los padres en la crianza:

 

Lo principal antes de añadir algún otro alimento a la dieta de los progenitores es que no les falte agua limpia, un hueso de sepia o de jibia –aporta calcio y por tanto, será transmitido a los polluelos-, una hojita de lechuga (facilita la digestión tanto de los padres como de los polluelos) y la mezcla de semillas que adquirimos en los establecimientos especializados –compuesta básicamente por alpiste, mijo y avena-.

En los establecimientos dedicados al comercio de productos para animales encontraremos también una mezcla denominada ‘pasta de cría’, muy similar al bizcocho triturado y que puede variar en cuanto a color (yo obtuve una amarilla). Aconsejo proporcionar este último ingrediente una vez haya nacido el primer polluelo.

Cuando los polluelos Abandonan el nido:

Al cumplir los 30-35 días de edad, el primer polluelo comenzará a salir del nido. Sus hermanos y hermanas lo harán con posterioridad, conforme a la fecha en la que han nacido (no salen todos a la vez).

Que hayan salido los polluelos no significa que ya sean independientes. La madre seguirá alimentándolos en el interior del nido, mientras que el padre educará fuera a los pequeños, enseñándoles a comer las semillas (conviene dejarlos con los padres durante esta etapa que tan solo durará 10 días para asegurarnos que se alimentan correctamente) hasta que se independizan.

Aunque no suele ocurrir en las parejas primerizas, es muy probable que la madre inicie una segunda nidada y por tanto haya empezado a poner más huevos.

 

Separación:

 

Y tras el comienzo de la segunda nidada, damos paso a la siguiente etapa que se caracteriza por ser un también muy arriesgada: la separación de los polluelos.

Como la madre ha empezado su nueva puesta, lo más seguro es que se vuelva agresiva, atacando a su propia prole e impidiéndoles la entrada al nido, lo que puede ocasionar muchos daños en los polluelos (incluso la muerte). Esto nos indica que debemos actuar de inmediato y apartarlos.

Lo normal es separarlos pasados diez días aproximadamente desde su salida del nido, siempre y cuando sus progenitores los ‘rechacen’ (y teniendo en cuenta que cada polluelo habrá salido en días distintos –normalmente alternos-).

Si tienes más periquitos, aconsejo que juntes a los polluelos con otros pájaros adultos para que se fíjen en ellos y aprendan las lecciones básicas: el uso del bebedero y del comedero.

En el caso de no tener más periquitos, sepáralos en una jaula (pero mantén a todos los polluelos juntos) y esparce semillas por el suelo. Esto les llamará mucho la atención y hará que comiencen a interesarse por alimentos sólidos.

Cada día, esparce las semillas más cerca del comedero, hasta llegado el punto en el que ya no necesiten comer de la bandeja.

 

 

Algunos problemas durante cría:

 

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La muerte de los polluelos: suele deberse a una deficiencia en la alimentación. Proporciona agua limpia a los padres, una hoja de lechuga bien lavada y a temperatura ambiente y por supuesto, la mezcla de semillas que habitualmente comen. Ten presente que la dieta de los padres será la misma que la de los pequeños.

 

Fallecimiento de la madre durante la incubación: ante lo que no hay una determinada solución. En caso de tener más parejas criando, intenta repartir los huevos (dos en cada nido). Otra opción –pero arriesgada y difícil- sería hacer uso de una incubadora.

 

Fallecimiento de la madre con los polluelos nacidos: los polluelos se enfriarán en el nido por no recibir el calor de la madre y morirán. Si por el contrario, la madre muere cuando los polluelos ya son algo más grandes y salen del nido, retira su cuerpo de inmediato. Ellos pedirán comida al padre, que los alimentará correctamente.

También puede ocurrir lo contrario, el padre muere, lo que no debe preocuparnos ya que la hembra los seguirá cuidando.

 

Fallecimiento del padre durante la incubación: esto hará que la hembra tome una decisión. Podría abandonar la nidada por completo y dejar de incubar o seguir haciéndolo y salir adelante, a pesar de no disponer del apoyo que ofrecía el padre: alimentarla.

 

Huevos rotos o fuera del nido: la causa está en haber estresado a la periquita. O bien realizando mucho ruido y asustándola o bien abriendo la caja de nidificación con frecuencia (para ver el avance de la nidada). Por ello, recomiendo que abras la caja y des un vistazo rápido cuando ella salga a ‘tomar el aire’.

Evita abrirla cuando se encuentre dentro. Si los huevos fuera del nido aún están en buenas condiciones, colócaselos de nuevo o prueba a repartirlos entre otras parejas.

 

Polluelos expulsados del nido: si ocurre esto con algún polluelo, lo único que puedes hacer es devolverlo al nido y esperar a ver lo que ocurre. No intentes alimentarlo a mano ya que será muy pequeño y morirá si no dispones de la experiencia suficiente.

 

Como he comentado anteriormente, la hembra puede atacar a su prole. Esto es inevitable aunque podemos evitarlo separando de inmediato a los polluelos y juntándolos con otros pájaros. También puedes intentar separar a la hembra, dejando que el macho cuide de ellos (esto tan solo funcionará en crías de edad avanzada).

 

Dificultad durante la puesta: una vez tuve un problema con una periquita a la que se le ‘atascó’ un huevo. Lo que hice fue untar con un palillo mojado en aceite de oliva puro (utilizado para la limpieza de los oídos -de algodón-) la zona afectada, es decir, en el bajo vientre.

 

 

 

 

Es conveniente criar con una pareja mayor de un año. Utilizar una jaula de cría (suelen dividirse en dos compartimentos y encontrarse en los establecimientos especializados) e introducir en ella una caja de nidificación de madera con un tamaño aceptable.

 

Una correcta alimentación, así como complementos adicionales: el calcio que aporta el hueso de sepia o jibia y la lechuga para facilitar la digestión.

Ocurrirá entonces el apareamiento y la hembra saldrá con mucha menos frecuencia del nido hasta llegado el punto en el que no salga.

 

Dos semanas más tarde (aprox.) tendrá lugar la puesta del primer huevo (seguidamente y en días alternos aparecerán los demás).

 

Dieciocho días después nace el primer polluelo y treinta días más tarde (aprox.) saldrá del nido.

Los dejaremos junto a sus progenitores si todo sale según lo previsto. En caso de tener problemas, separaremos a las crías (vigilando su alimentación: si no saben comer de los comederos, morirán de hambre).

Hay gente que me ha preguntado acerca de la mezcla entre periquitos australianos comunes con periquitos ingleses (éstos últimos, de mayor tamaño).

Afortunadamente, podemos criar con ambos. Si el macho es un periquito inglés, los polluelos nacerán similares a los australianos pero de un tamaño un poco mayor. Si la hembra es una periquita inglesa, los polluelos nacerán con un tamaño mayor al de los periquitos australianos, aunque no tendrán el mismo tamaño que su progenitora.